Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Instituto de Geografía
Me Me
Me

Gino Figueroa obtuvo titulo de Geólogo presentando morfoestratigrafía de cordones litorales afectada durante el terremoto de 1960


Con el trabajo titulado “Evolución espacio-temporal reciente de la morfoestratigrafía en una planicie de cordones litorales afectada por subsidencia cosísmica durante el terremoto de 1960 Mw 9.5, Chile”, Gino Figueroa rindió exitosamente su examen de grado para optar al título de Geólogo en la Universidad Andrés Bello (Viña del Mar-Chile).

En la oportunidad agradeció la guía del Dr. Marco Cisternas y el apoyo del Núcleo Milenio CYCLO en la etapa de pregrado y el apoyo que le sustentará para la continuidad de sus estudios de postgrado en el Magíster en Oceanografía, PUCV/UV.

Vale destacar que sus estudios se centraron en las particularidades de Maullín, donde su motivación fue -en sí misma- la historia sísmica del lugar, el cual es producto de los efectos devastadores del terremoto y tsunami de 1960.

“Este sector se encuentra a la mitad del área de ruptura del gran terremoto, con la mayor parte del desplazamiento durante el evento. El sector se hundió aproximadamente 1.5 metros y los efectos de esto en la geomorfología fueron diversos, desde la destrucción de algunas zonas costeras, hasta la posterior construcción de nuevas morfologías. Pocos estudios han abordado los efectos de terremotos en morfologías y evidencias geológicas en zonas costeras, por lo que se me hizo interesante abordar una temática de este tipo”, afirmó el Geólogo.

En base a lo mismo, especificó que una de sus principales conclusiones fueron:

“En Maullín, en el frente de la planicie de Pangal producto del terremoto de 1960 la costa retrocedió aproximadamente 400 metros erosionando todas las morfologías costeras, donde además, fueron afectadas por el tsunami. En el lugar, desde 1980 hasta la actualidad se ha recuperado la línea de costa y construido nuevas geoformas, sin recuperar el estado pre-terremoto. Por otra parte, en la estratigrafía es posible reconocer un suelo orgánico de 1960 enterrado y cortado en el máximo retroceso de la costa, con una capa interpretada como tsunami con características granulométricas distintas a los depósitos de arena de playa y llanura de marea (ambientes sedimentarios recientes en la planicie). La subsidencia cosísmica en grandes terremotos genera retroceso de las líneas de costa, dejando evidencias geológicas que son preservadas en la estratigrafía bajo cordones litorales, esto permite identificar eventos sísmicos pasados tierra adentro y poder reconstruir el ciclo sísmico en la zona”, expuso Figueroa.

Finalmente, el Geólogo de la Universidad Andrés Bello, comenta que sus metas son:

“Continuar estudiando en la zona, con un nuevo enfoque de marcadores (proxy) en cordones litorales para la reconstrucción del nivel del mar y deformaciones del continente producto de terremotos durante el holoceno tardío. Además, apunta a tener mayor claridad en la componente oceánica como factores formadores y modificadores de zonas costeras”, finalizó.